Por:
Luis Gustavo Ramírez. Renshi
Toma tiempo para este artículo: es importante.
Hoy en día las enfermedades psicosomáticas han surgido de forma desmedida dentro de la vida de los seres humanos. La tensión o estrés está haciendo estragos en el cuerpo, emociones y mente de personas que antes se hallaban sanas. Día a día son más las compañías farmacéuticas que compiten en la elaboración de medicamentes que combaten contra las diferentes enfermedades y padecimientos, no obstante estos abusos de fármacos producen efectos secundarios; a veces nada deseables. Todo en personas que Dios creó para ser libres.
Los motivos de las enfermedades son diversos: “factor hereditario”, consumo de cosas incorrectas (fármacos, drogas, automedicación), micro accidentes o micro lesiones recurrentes e inconsecuentes por malos hábitos, etc.
No obstante hoy deseo referirme a los factores culturales y socioeconómicos que nos enferman.
Hoy en día vemos individuos estresados por trabajar arduamente para ganar más dinero para pagar cuentas de préstamos que realizaron por dejarse llevar por las presiones de la sociedad, la competencia de tener un mejor automóvil, una mejor casa, mejor ropa, más títulos o certificados que prueben su facultad para escalar en un puesto determinado, endeudados por la mala utilización de tarjetas de crédito...simplemente por el nocivo pensamiento de “si otro tiene algo por qué no he de tenerlo yo”
Los bancos, financieras y casas de préstamo hacen fiesta con todas estas congojas de las personas y han creado “soluciones mágicas” para darles paz: cada institución financiera se pone así metas mensuales o anuales de colocar cierta cantidad de préstamos, tarjetas, créditos rápidos y hasta dan facilidades de ir a nuestra propia casa a dejarnos el plástico ¡y hasta el efectivo!
Vemos en el mercado productos con nombres atractivos como: “Consolidación de deudas, única deuda, salva economía, súper préstamo, préstamo mix y hasta tarjetas de todos colores y sabores para usted, y adicionales para los suyos o los de otro! El secreto: entre más personas gasten el dinero que le prestaron a usted mejor, se hace más grande la deuda!!
El enganche: “señor don fulano le habla el ejecutivo de cuenta de la corporación “Todo es Posible”, usted ha sido escogido por su trayectoria de puntualidad y buen pago (aunque quizá el prójimo esté atrasado en todo y en cobro judicial!!)…Este es un producto nuevo; no hay cargo anual, no es solo una tarjeta es “un privilegio”, usted no paga nada, “señor puede tenerla ahí por si en algún momento la necesita, le damos un 20% de reintegro en sus primeras compras, ah, sí, se me olvidaba, queda participando en una rifa de un viaje a la Luna ida y vuelta(a pie será). Don fulano hoy puede cumplir su sueño, hacer una ampliación en su casa o mejorar el modelo del automóvil o comprar el último modelo de celular...le reitero: gana millas, puntos y comas!, regalías, descuentos.
Yo digo que si nosotros en ese momento usáramos los signos de interrogación(¿?) créame que nos salvaríamos de muchas trampas.
Hay empresas que hasta inventan superhéroes, refranes y anuncios atractivísimos y hasta colores de hadas para posicionar el producto; solo le hace falta a uno que la tarjeta o préstamo tenga feromonas y TOMARSE LA TARJETA EN una refrescante bebida a la sombra de una palmera, porque se la quieren “empujar” a uno a como dé lugar; cuelga usted y lo vuelven a llamar y como no; si manejan hasta su información personal mejor que el narco a los que les trabajan...pero eso es otro tema.
Así, por querer tener más o salir del ahogamiento, las personas quedan esclavizadas pagando mensualmente el “interés compuesto” que es interés sobre el interés, además de tener que abonar; y, si tienen atrasos, pagan un porcentaje fijo mensual sobre saldos más “otros cargos” que pueden llegar de 5% a 50%. Si le hago la ecuación usted se asusta. Y SI USTED NO SE CUIDA y se deja llevar por el engaño y la emoción del momento usted cayó en la trampa y como dice la palabra: “el que pide prestado se hace esclavo del que presta” (Proverbios 22:7)
En esta carrera de “ENDEUDAMIENTO POR LA GRAN PRESION” florece de todo: entonces hay personas intentando mal recomendar a otro para obtener su puesto y accesar a una mejor calidad de vida y vemos en los trabajos a los famosos traidores silenciosos, mujeres en la calle que tratan de conquistar a hombres casados y comprometidos, con tal de subir de estatus u obtener un significativo ingreso mensual, ja! ¿Usted cree que es por guapo? Siga durmiendo de ese lado! Eh!!...
Sabemos también de profesionales aprovechándose de los puntos débiles de sus competidores para sacar partido de una manera desleal, otros, por otra parte; se enferman porque no aguantan más y no ven la luz al final del túnel, si es que pueden ver el túnel.
El problema de desesperarse para obtener algo es que además de ser desgastante, nos quita la paz y nos va envolviendo en una tela de araña, lo peor es que si pasa el tiempo y no podemos lograr lo que queremos empezamos a sufrir ataques con los dardos de satanás; que nos dice en nuestra mente que somos inútiles, que no servimos para nada, que otros son mejores que nosotros o que deberíamos a hacer algo a toda costa para lograr nuestro objetivo; y hasta algunas veces el mismo demonio hace que crezcan pensamientos en nosotros: de odio, rencillas, celos contra los que sí han logrado sus objetivos y dejamos que en nuestro corazón crezca una semilla de resentimiento con Dios, con la vida o con el prójimo. Y entonces como dice el refrán: “tras de palos cuernos”.
Mi amigo, mi amiga: todo lo anterior crece de una mala semilla que se nos siembra en nuestro corazón y que echa raíces poderosas que se fortalecen con nuestra envidia.
Dios puso en nuestras manos un libro de instrucciones maravilloso que es la Biblia; lo que debemos es ir inmediatamente a nuestra habitación, cerrar la puerta, ponernos de rodillas y pedir perdón y guía a nuestro Señor Jesucristo y preguntarle cuál es su voluntad, que desea que nosotros hagamos y que nos muestre la salida correcta.
Para finalizar dejo aquí una muestra de lo El Señor Jesús nos instruye en una de sus parábolas:
“El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero. (Mateo 13:24-30).
Guarda tu corazón para Dios, no lo contamines ni te esclavices por tener amistad con el mundo.
El Señor te bendiga
Escrito por:
Luis Gustavo Ramírez. Renshi
senseiluisgustavo@hotmail.com
