martes, 16 de octubre de 2012

El lugar de los ídolos


 
Por Luis Gustavo Ramírez

 
Últimamente he estado visitando oficinas de gobierno y empresas privadas donde  observo una serie de detalles que me llaman la atención. He visto estatuas de vírgenes, santos, banderas de equipos de futbol, fondos de computadora de comunismo, ateísmo, otros con cuadros de mujeres semidesnudas, etc. Hubo incluso durante mi atención una discusión porque alguien guardó la estatuilla de  una virgen que otro tenía en la pared y el propietario de dicho objeto se enfureció tanto que  se hizo una escaramuza tremenda.  Yo solo guardé silencio.
 Estas manifestaciones, gustos y fanatismo cuando llenan el corazón de la persona y hace que toda su vida gire alrededor de este objeto, creencia, práctica o “disciplina” se llama idolatría. Lamentablemente a través de todas las generaciones la idolatría ha estado presente en diversas civilizaciones y ha influido en su forma de ser, pensar y actuar.
Los descubrimientos históricos y arqueológicos prueban que miles de personas incluyendo infantes, mujeres, hombres y adultos han sido asesinados para el sacrificio de los ídolos, miles de personas se cercenan el cuerpo y castigan su carne para que un ídolo determinado cumpla sus promesas, es como un trueque: yo me mortifico a cambio de lo que necesito, quiero o deseo tener u obtener.
 
El culto al becerro de oro cuando los hebreos desobedecieron a Dios
después de que los sacara de la exclavitud en Egipto
 
 
Así pues procesiones, visitas de rodillas,  compra de objetos “con poderes mágicos”, alimentos o vestimentas dedicadas a un “santo patrón”, peleas en los estadios por  violentos y acalorados  fanáticos que muchas veces han costado la vida y   rencillas entre familias hasta por un partido político por intereses creados de pertenecer a determinado ministerio público.
 
En ocasiones se han visto ministros hacer tragar aceite a una persona endemoniada,  tomar una biblia o un rosario y pegarle a un feligrés para que le salga el demonio o hasta predicadores gritar a viva voz para echar fuera a una entidad demoniaca,  pegarle a alguien con una biblia no tiene sentido y gritar lo único que puede hacer es dejar sorda a la persona pero el demonio sigue ahí. Hay personas que  le ponen fe a una piedra, o a un objeto cualquiera; chamanes con ritos y artilugios y otros que  abren un salmo y piensan que eso les va a cubrir la casa de todo mal.  No es el grito, ni ponerle agua, ni aceite ni pretender creer que algún objeto tiene poderes mágicos porque está “bendito” o ha sido posesionado por espíritus defensores; todo esto tiene un nombre: eso se llama ocultismo. Solo en el nombre poderoso de Jesucristo salen estas entidades y el ministro debe estar respaldado por Dios y su vida ha de ser ejemplar, fe, obediencia y discernimiento de espíritus es primordial pero de eso  podemos hablar luego.
Piedra azteca donde se hacían los sacrificios,
se encuentra actualmente en el museo Nacional de Antropología e Historía
 de la Ciudad de México
 
 
 Es idolatría también es confiar en el horóscopo, el guardar objetos para la suerte, el amor al dinero, el cambiar el tiempo de la familia, trabajar mucho más horas de las convenientes descuidando la salud y el estar obsesionado en pertenecer a una elite, grupo social o estrato económico cuando no se tienen en el momento las posibilidades económicas, físicas o educativas necesarias, el conservar una imagen física a costa de hambre, sacrificios anormales y dañándose el cuerpo, el tener una o un amante prohibida(o) si alguno de los dos o los dos son casados, todos los detalles que le da a un hombre o mujer prohibida con la intensión de seducirla...todo eso lleva marca de muerte, todo eso es idolatría.
 No me malinterprete, hablo de aquello que le quita la paz, que hace que usted se tense, se preocupe, se esconda, sea infiel y se enferme, aquello que le quita el sueño y aquel pensamiento que lo perturba día con día; es todo aquello que lo esclaviza; eso es idolatría.
 Con respecto a las Santas Escrituras Dios es enfático: “Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera. Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es. (Éxodo 34 13:15) 
 


 
 El apóstol Pablo es claro en I Corintios 10:19-22 cuando dice que el culto ofrecido a los ídolos es ofrecido a los demonios, obviamente todas estas cosas hacen que hombres y mujeres pierdan su atención al Único Dios Verdadero y lejos de  él estamos desprovistos para que los demonios señoreen sobre nuestra vida.
Queda por supuesto entendido que todo aquel santo o virgen  representado por imágenes son muertos que aun no han resucitado (Juan 6:40) Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. (I corintios 15:22)
 El desviar nuestro cuidado, atención y amor al Dios supremo, mi amigo y mi amiga,  es lo más peligroso que hay para nuestra vida porque quedamos descubiertos de su protección, de esta manera podemos arruinar nuestra vida, la de nuestros seres queridos y perder la salvación pues lo único que nos salva es recibir a Cristo como señor y salvador y adorar y amar a Dios sobre todas las cosas.
 La palabra de Dios dice también: “por sobre toda cosa guardada guarda tu corazón porque de él emana la vida” (Proverbios 4:23) Dime: ¿es tu corazón el lugar donde tienes a tus ídolos o es el lugar que le ofreces al  Único Dios Verdadero creador de los cielos y la tierra para que more en ti?
 
El Señor te bendiga
 
 
 
Escrito por
Luis Gustavo Ramírez. Renshi
 
 
 
 
 
 
 


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