Por Luis Gustavo Ramírez
“Aunque estéis tranquilos, vuestro espíritu está alerta, aunque
estéis apremiados, vuestro espíritu no está apremiado. La mente no es
arrastrada por el cuerpo, y el cuerpo no es arrastrado por la mente. Poned
atención a la mente, no al cuerpo. No permitáis que haya insuficiencia ni
exceso en vuestra mente. Aunque superficialmente tengáis el ánimo débil,
permaneced fuertes por dentro y no dejéis que otros vean vuestra mente. Esto es
esencial para aquellos que son físicamente pequeños para saber cómo ser
grandes, y para aquellos que son físicamente grandes para saber cómo ser
pequeños; tanto si sois físicamente grandes como si sois pequeños, es esencial
mantener vuestro espíritu libre de desviaciones subjetivas” Miyamoto Musashi:
El Manuscrito del Agua (un libro de estrategia samurai)
Aquí inician mis palabras:
nuestra mente es el mayor campo de batalla donde día con día combatimos contra
nosotros mismos; pensamientos de cobardía, depresión, baja autoestima, derrota,
ira y tristeza son enemigos de todos los
días. Parecieran inofensivos cuando estamos meditando, orando o simplemente
descansando pero se activan en el momento de la tensión con los problemas y las
molestias que nos causa el medio, las acciones de personas de nuestro alrededor o nuestra situación económica.
Ante estos detonantes, nuestros enemigos mentales se arman con
filosas espadas que cercenan nuestro buen ánimo, nuestro positivismo y llegan a
cortar y hacer daño a nuestra salud. Si usted amigo-amiga se tomara una fotografía cuando está usted en estos momentos de dificultad vería algo
tan impactante que no podría creerlo pues
miraría a su otro yo( al que no quiere ver) quien es el que se refleja.
Lo peor de esto es que si no
nos controlamos y pedimos ayuda de Dios a través de la oración estos enemigos
van debilitándonos; y aunque usted no lo
crea, hay espíritus demoníacos que
ingresan a nuestro cerebro ideas erróneas con más fuerza
que un ciclón, por eso algunas veces una
determinada situación nos recuerda algo desagradable de nuestra infancia, algo
que nos repugnó o simplemente empezamos a pensar que no valemos nada, que somos
débiles, que no vale la pena que vivamos y que nuestro problema no tiene
remedio; otras veces pensamos que de nada ha servido nuestra vida, que no
merecemos la misericordia de Dios y que no tiene caso seguir luchando.
Jesucristo dijo que el diablo
viene a robar, a matar y a destruir; eso es lo que quiere hacer con usted si le
abre la puerta de su mente y si deja pasar esos pensamientos nocivos que
siempre se dirigen en su contra o en contra de sus seres queridos haciéndolo a
usted perder la calma y proceder a lastimarse a usted mismo o a lastimar
a los demás.
La palabra de Dios dice que no nos dió Dios
espíritu de cobardía sino de poder, de amor y
de dominio propio. (II Timoteo 1:7)
Algunos religiosos usan la meditación para aislar estos
pensamientos o los dejan pasar, algunas corrientes filosóficas, prácticas
y lo peor: falsas doctrinas tienen como propósito el encuentro con sigo
mismo, o bien, dirigen al individuo a enfocarse en otra
cosa; no obstante hay personas que en sus testimonios
dicen que a la hora del desastre
estas prácticas no les han ayudado a salir adelante y que han terminado en un colapso. Razones:
se nos hace olvidar que somos íntegros, diseñados por Dios para luchar y tener
victoria.
La diferencia entre una falsa
doctrina y la Verdadera es que la primera se sirve de un sin número de
artificios, esoterismo, meditación trascendental, adoración de ídolos y otras
“técnicas” o disciplinas para equilibrar
al individuo; una verdadera, en cambio;
encamina a la persona a través de la comunicación con Cristo para llegar
a Dios, quien es la fuente de toda bondad, amor, paz, calma, salud y magnificencia.
La mejor forma de encontrar paz
y armarse fuertemente para los ataques del enemigo es la oración; es reconocer
nuestra propia debilidad, defectos y errores y buscar la santidad y la
obediencia pidiendo la guía del Espíritu Santo de Dios; solo así; porque lograr la victoria uno solo es
imposible.
No obstante la
mentira del enemigo es que dentro de uno mismo está la solución de los
problemas y que uno es un dios porque con la mente puede lograrlo todo, si es así se ha preguntado alguna vez porque
los que practican el control mental no han resucitado o porque no pueden
detener el envejecimiento del cuerpo; alguien me dirá que han reencarnado en un
ser menor o mayor según su comportamiento o iluminación en su ser anterior; mi amigo-mi amiga no existe tal cosa; no tendría caso
volver a rodar en este mundo por la falta de juicio.
Debemos tener mucho
cuidado; eso es como rendir culto a los muertos o a
ídolos de palo; la santería y la
invocación de la naturaleza: estas cosas nos pueden llevar a la condenación, a
la pérdida de nuestra alma. La palabra
de Dios es clara al respecto (y nombro solo unos pocos
versículos):
l “está
establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después
de esto el juicio” (Hebreos 9:27), con esto mi amigo, mi amiga no puede haber reencarnación.
l No
tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza
de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas
debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy
Jehová tu Dios, fuerte, celoso (Éxodo 20:4).
Ese es el segundo mandamiento, no se puede servir a dos señores.
l Hay un
solo Dios y un solo mediador entre Dios y el hombre el cual es Jesucristo(I
Timoteo 2:5), a quien le estás pidiendo cosas porque solo él contesta, nadie más dió su
sangre por nosotros
y a nadie más nos dió Dios para
que el mundo se salvara. Nadie más ha
resucitado: ni hombre, ni santo, ni nadie( pero eso es otro tema)
Además en
Génesis dice que en un principio creó
Dios los cielos y la tierra, luego dice que creó a todos los seres vivientes;
¿a quién tenemos entonces que adorar? por supuesto: solo a Dios.
Pero bueno, volviendo
al tema; mientras llega nuestro llamado a la eternidad debemos defendernos de
nuestros enemigos vistiéndonos de la Armadura de Dios (Efesios 6 10-19), de lo contrario perderemos nuestra
batalla.
Debemos cuidar lo que entra en nuestra mente y sobre todo
lo que nosotros mismos ponemos ahí, si nuestra mente se llena de basura nuestras acciones estarán putrefactas (basura
entra-basura sale) y tarde o temprano influirá poderosamente en lo que hablamos
y lo que somos. ¿Ha memorizado en vos alta? Lo que usted repite varias veces se
memoriza tarde o temprano, así; si la
mente piensa cosas equivocadas y la boca las repite, su oído las escucha y se pegan en su mente de
una manera tan poderosa que usted
empieza a ser esclavo de sus pensamientos, y así actuará; un poco lo que han hecho muchos imperios para
lavar el cerebro de los individuos, un poco lo que se busca lograr con los
mensajes subliminales de los anuncios comerciales.
Pero todo tiene
solución: a libertad nos ha llamado el Señor.
Mi amigo, mi amiga;
usted y yo necesitamos buscar a Dios en
oración a puerta cerrada, cada día pedirle que nos dé la Mente de Cristo, cada día invitar al Espíritu Santo a morar en nosotros; solo si lo hacemos cada día vamos a tener la victoria.
El Señor te bendiga
Escrito
por Luis Gustavo Ramírez. Renshi
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