En las últimas semanas se ha estado hablando sobre el permiso, legislación y actividad de la Pelea
de Gallos; por una parte tenemos a los galleros defendiendo sus
derechos, deporte y tradiciones y por otra una organización tratando de
hacer valer sus normas.
Sin llegar a un consenso; por una falta de legislación
clara y definida, la ley “ampara” a
ciertas organizaciones para que, respaldadas
por las autoridades, confisquen
a los animales y los eliminen asesinándolos; a este acto le llaman eutanasia: aunque no he visto
todavía un gallo que decida morir o no y se lo haya comunicado a un ser humano
para que lo ejecute: gallos bilingües…); sin embargo basándose en algunas
reglas de leyes internacionales-ajenas muchas veces a la realidad
costarricense- y dando motivos, que
pueden ser discutibles, como la inestabilidad,
incompatibilidad e inadaptación del gallo entrenado al medio, realizan esta masacre.
Lo inverosímil es que las corridas de toros, el
sacrificio de animales para el consumo;
y los animales ofrecidos a las festividades; que en algunos lugares son
un verdadero espectáculo: sangriento y
doloroso (para el animal) y que dan “gusto” a los espectadores(quienes pagan
altas sumas de dinero por presenciarlas)
no son controladas por estas organizaciones, y si bien en ocasiones;
generalmente durante una transmisión televisiva, se presenta un revisor o auditor de la
mismas; este mantiene silencio.
Porqué solo son perseguidas por la ley las peleas de
gallos y no otras actividades: me reservo mi
opinión pues violencia y maltrato se presentan en unas y en otras.
Continuemos; en otros países la pelea de gallos es
permitida por las leyes: como actividad pública paga impuestos, se reconoce
como deporte y permite que las personas sociabilicen tal como es en la
tauromancia, las fiestas de chicharrón y los partidos de futbol donde hay
“boquitas” o aperitivos de animales que
fueron sacrificados a los ídolos (sean equipos del deporte favorito, el santo
patrón o sea el ídolo del ego de cada
fanático… quizá ¡la complacencia por la
idiosincrasia!). Todo esto me parece semejante no lo cree
El análisis sociocultural o psicosocial puede indicar,
digo yo; que las actividades de pelea puedan deberse a varias razones:
1-El ser humano necesita sociabilizar y vivir en
convivencia: y esta es una forma de compartirla
2-El ser humano debe canalizar su tensión laboral y
diaria y estas actividades constituyen una válvula de escape para una salud
mental adecuada, o sea, y es mi opinión: “¡mato y me libero! “Muerto el perro,
muerta la rabia”
3-Debido a la violencia que está inherente al ser
humano este necesita enfocarla en alguna actividad sin que se arriesgue su
propia integridad, ¿de ahí la violencia doméstica? No lo creo.
4- El flujo de adrenalina permite la motivación por la
participación en las apuestas y la celebración que viene con el gane, porque si
es por guaro -digo licor- gane o pierda se consume por igual.
Así; las
actividades de pelea son tan antiguas como el hombre mismo; pero en tiempos
pasados se han presentado por sobrevivencia, por defender los derechos humanos,
y para la conquista de pueblos y
naciones que de alguna manera quisieron traer el desarrollo de la sociedad: por
otro lado digamos pues que genocidios
por las guerras santas, mundiales o
civiles a mi opinión ha sido retrogrado; y que de el casi exterminio total de razas
indígenas y el sufrimiento de otros pueblos cuyas tierras fueron arrebatadas.
No obstante, en
la actualidad, el deterioro y pérdida de
los valores morales, la contaminación social y el afán de poder, la envidia, la
prepotencia y la “angurria” (dirían nuestros abuelos) han hecho surgir lamentables
competiciones que el ser humano había
superado siglos atrás.
Uno de estos
ejemplos de deterioro son las
peleas donde en un octágono(tarima de
combate o ring) dos hombres pelean casi hasta la muerte(aunque se han
presentado fallecimientos en varios países) frente a espectadores con sed de
sangre, violencia y deseos de ganar en las apuestas, con una que otra mujer que
anuncia el triste espectáculo modelando y
mostrándose para dar más euforia
y hacer olvidar lo grave y depravado de
la situación: me recuerda el baile “hipnótico “que hizo Salomé para pedirle al
Rey Herodes la cabeza de Juan el Bautista.
Lo anterior no
podría jamás compararse a los gladiadores,
que debían defender su vida en el Coliseo Romano porque de lo contrario
les eran asesinados su esposa, hijos y
familia o bien, confiscadas sus
tierras y posesiones si se reusaban a combatir.
De si los
espectadores pueden compararse
con los ciudadanos romanos de la antigüedad;
cuya vida constituía una pérdida de valores y estaba llena de depravación, eso se lo dejo
de análisis al lector: “A cada quien su santo”
El que dos personas se estén dañando para que uno se
ellos sea sometido a un castigo, humillándolo y reduciéndolo a través de
golpes, desgarros, luxaciones o daños cerebrales olvidando su humanidad (sumisión) no es
precisamente el maravilloso propósito
para lo que fuimos creados los seres humanos. Sin embargo para todo hay
gente...juzgue usted.
Alguien puede decir: para que se mete si no quiere que
lo dañen: bueno precisamente hay que analizar lo que lleva a un individuo a
hacerlo, qué hay detrás de ello, cómo es el medio en que nace, crece y se
desarrolla. Podemos analizar aquí
profundamente lo que dice la Biblia: “cual sea su pensamiento en su corazón tal
es él”
Las artes marciales nacieron de la necesidad del hombre por protegerse y proteger su medio,
luego pasaron a los ejércitos para conquista - aunque las tiranías buscaron
enriquecimiento- y posteriormente como
deportes reglamentados, de manera que no se dañara al adversario sino que
prevaleciera la estrategia, habilidad y razonamiento de los luchadores; de ahí
los juegos olímpicos que son un ejemplo extraordinario de unión entre naciones;
otras constituyen una parte de la cultura, filosofía e historia de
algunos pueblos que no buscan la violencia. También hay algunas que tienen una
raíz religiosa y prácticas contrarias al
cristianismo; pero de eso hablaré en otro escrito.
Hoy en día las fuerzas de seguridad deben aprender
defensa personal porque sus obligaciones y necesidades lo ameritan, será
responsabilidad de los maestros inculcar los valores correctos a cada oficial
en cumplimiento.
Así pues, las leyes del país permiten unas actividades
y prohíben otras: todas dentro del marco de la violencia: porque tanto es violento
el que un gallo combata, (conste que
aquí por lo menos tiene una posibilidad de sobrevivir) como que este
gallo sea sacrificado después de confiscarse. Y si los gallos no son robados
por sus dueños sino que son adquiridos como se compra cualquier electrodoméstico
en buena ley, entonces: donde se respalda alguien para confiscarlos sino son
gallos robados: hay un hilo muy delgado entre lo lícito, ilícito y la falta de
respecto de llevarse lo que no es de uno; un especialista lo dirá.; no soy quien para acusar o señalar
a nadie.
Me pregunto entonces: ¿Se cierra una cantina? solo
cuando no paga los impuestos. Se cierra un Night Club? igual si se atrasa la
patente..., ¿como que no? mi amigo esto
también es harina del mismo costal pues son, junto con la violencia; el reflejo de una sociedad contaminada: ¿Hablamos de maltrato
animal, maltrato humano o hablamos de intereses de unos pocos? Y que hay de las marchas que debieran ser pacíficas y están siendo amenazadas por individuos
identificados con modelos viciados y equivocados de zonas de conflicto
internacional.
Si se prohíben las actividades de violencia debe ser
“por parejo” porque si no caemos en lo mismo
que algunas veces lamentablemente
va de la mano; lo de la inmunidad política y el no pago de los impuestos, lo
de prostitución infantil y la libertad
para ejercerla, lo del preso por pensión alimenticia sin que pueda trabajar
para pagarla (porque está encerrado, obvio) y lo del derecho del consumidor
cuando se da permiso a que se vendan porquerías
de pésima calidad(sin ofender al animal que provee chicharrones a costo
de su vida)
Dice la Palabra de Dios: “Porque de la abundancia del
corazón habla la boca”. (Mateo 12:34)
O me contamino
con la violencia para perder mi alma o limpio mi corazón para agradar a Dios.
No es cuestión de juego: la salvación es gratis: POR MISERICORDIA DEL DIOS
TODOPODEROSO a través de recibir a Cristo como Señor y Salvador, pero sin
cuidado esta misma salvación se pierde
en un segundo Y no hablo de religiosidad hablo de identidad.
Con esto deberíamos preguntarnos: ¿Cuál es mi
testimonio como cristiano; van mis acciones
en relación a mis valores? ¿Dónde
me estoy metiendo?, ¿Con quien ando?,
¿Qué Lugares frecuento? ¡A qué espectáculos asisto? ¿Qué vocabulario manejo?, ¿cómo me
visto?, ¿Soy cómplice?, ¿es mi respuesta sí o no?, Será que soy ¿Luz
en la calle y sombra en la casa? O… es
que
¿LO QUE ES
BUENO PARA EL GANZO ES BUENO PARA LA GANZA?
Dios te bendiga
Escrito por
Luis Gustavo Ramírez. Renshi
senseiluisgustavo@hotmail.com
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