sábado, 5 de enero de 2013

Metas para el Año Nuevo



Recientemente llegamos al final de un año 2012 en el que vivimos día con día cosas diferentes; un año para algunos llenos de triunfos, otros experimentamos fracasos, año de salud para algunos; de enfermedad para otros,  de alegría, de aflicción; algunos se sintieron solos, algunos turbados.
Un año de viajes quizá, para otros fue más bien pasivo; unos salieron de la zona de confort, otros no se animaron.

Algunos sufrieron caídas y depresiones, otros se pusieron de pie y siguieron adelante. Año de pruebas, de exámenes, de preguntas y respuestas, de luz, de oscuridad, de duro entrenamiento físico y otros de sedentarismo. Unos positivos, otros negativos.
Para algunas familias fue de prosperidad, para otras de escases. Unos trabajando, otros desempleados y quizá desesperados, otros aceptando su simple existencialismo.

En fin tuvimos cada uno  de “todo como en botica”,  año particular con conflictos bélicos, sociales y político económicos que afectaron a todos los países, con catástrofes y fenómenos de la naturaleza particularmente poderosos.

A estas alturas unos se encuentran satisfechos y felices y otros quizá tristes o desilusionados con ellos mismos, con la vida o,  por falta de conocimiento,  con Dios: y aquí está el asunto  más delicado.

Voy a enfocarme en algunos consejos de la Palabra de Dios para analizar y prevenir los errores que pueden cometerse porque antes de echarle la culpa a Dios, a nosotros mismos, a otros o a las circunstancias y, debido a que no podemos continuar fracasando, si es el caso,  o teniendo caídas o fallando deliberadamente; con todo lo que nos pasó debemos meditar en varios puntos para analizar nuestras fortalezas, errores, deficiencias, aciertos y oportunidades, y preguntarnos:

l  Cual era mi meta este año:
Así que, al proponerme  esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O lo que pienso hacer, lo pienso según la carne, para que haya en mí Sí y No? (II Corintios 1:17)
Uno no puede esperar haber logrado algo si no tuvo claro que era lo que quería lograr. Debemos establecer un objetivo general y objetivos específicos. Objetivos generales pueden ser: mejorar el factor económico,  mejorar el rendimiento académico, obtener un título, graduarse, aprender algún arte, deporte o disciplina, mejorar la salud, expandir la empresa, etc. Objetivos específicos: ganar una materia, cancelar un préstamo, ir a un seminario, comprar un electrodoméstico, etc.
Así el primer paso es buscar a Dios y pedirle sabiduría y discernimiento para saber si lo que me propongo me conviene, hay que poner en manos de Dios nuestro camino para que él enderece nuestros pasos.  Encomienda a Dios tu camino y confía en él y él hará (Salmo 37:5)

l  Como fue mi planificación para lograr esa meta:
Prepara tus labores fuera, Y disponlas en tus campos, Y después edificarás tu casa. (Proverbios 24:27)
Es necesario planificar con tiempo para el éxito; varios factores deben tomarse en cuenta, por ejemplo: recursos (con qué y con cuánto cuento para lograr la meta), tiempo disponible (establecer horarios), que oportunidades tenemos,  estudio de factibilidad; es viable o no. Es importante acá el análisis FODA (fortalezas. Oportunidades, debilidades y amenazas)

l  Enfoque:
Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo  Jesús (Filipenses 3:13)
Debo concentrarme en lo que deseo obtener, no debo perder mi vista hacia la meta, no debo distraerme o tomar caminos que me alejen de lo que deseo lograr, por desear “agarrar muchos pájaros” puede ser que no logre retener ni uno.

l  Supervisión:
Envíame, pues, ahora un hombre hábil que sepa trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, en púrpura, en grana y en azul, y que sepa esculpir con los maestros que están conmigo en Judá y en Jerusalén, los cuales dispuso mi padre. (II Crónicas 2:7)

Es importante recurrir a un especialista o a una persona que tenga la capacidad, vida ejemplar  y conocimiento para orientarnos; ya sea consejero, maestro, pastor, terapeuta, financiero, abogado, entrenador, etc. El secreto de una buena administración es encargarles a los profesionales cada asunto según su campo o acudir a consultarles.

l  Análisis de resultados a corto plazo:
Y los que Salomón había hecho jefes y vigilantes sobre las obras eran quinientos cincuenta, los cuales estaban sobre el pueblo que trabajaba en aquella obra. (I Reyes 9:23)

Cada semana, cada mes o cada cierto tiempo debo ver qué resultado me está dando el esfuerzo que estoy realizando, por ejemplo si sigo un buen régimen alimenticio (no una dieta), realizo los ejercicios que me recomendó un especialista y sigo un plan de entrenamiento a conciencia eso debe darme un resultado exitoso con respecto a lo que quiero, si no es así es porque algo estoy haciendo mal o la recomendación no es la adecuada. De ahí la importancia de que la persona que tenga una deuda, como otro ejemplo;  se enfoque en organizar su salario para pagarla, revise sus cuotas, pida estados de cuenta y haga pagos extraordinarios (más grandecitos) cada vez que pueda.

l  Esfuerzo y trabajo:
Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. (Job 1:10)

Habiendo hecho lo anterior puedo ahora preguntarme: ¿me preparé desde el principio? ¿Estudié antes del examen? ¿Ahorré  para prevenir problemas económicos? ¿Fui puntual con mis pagos?,  ¿entrené para el campeonato o carrera?, si estoy desempleado me esforcé por cada día ir a visitar empresas y estuve interesado en estar dándome la vuelta preguntando y dejando mi currículos o ¿es que estoy buscando un trabajo específico y si no lo obtengo no estoy dispuesto a recibir otro y entonces me muero de hambre mientras tanto? ¿Seguí las indicaciones médicas? En una frase: ¿trabajé y me esforcé lo suficiente?



Mi amigo, mi amiga todos los puntos anteriores, si se llevan bien, poniéndolos en manos de Dios desde el principio y pidiendo al Espíritu Santo sabiduría y dirección nos llevan al éxito. Si no te preparaste y no seguiste estos pasos es difícil haber obtenido un resultado exitoso porque lo que no se siembra no se puede cosechar, a menos de que Dios tenga un propósito especial pero debemos ser diligentes y buenos mayordomos con lo que tenemos ahora mientras esperamos su respuesta.

Por supuesto hay aflicción, por eso Jesús dijo estas palabras: “Padre no te pido que los apartes del mundo sino que los libres del mal”.

Si pensás que este año no fue bueno para vos pensalo otra vez porque la Misericordia de Dios, aunque no te esforzaste ni planificaste ni fuiste obediente, estuvo con vos, mirá lo que Dios hizo por llevarte alimento, abrigo, salud, ayuda, trabajo, oportunidad de estudio, automóvil,  bicicleta o piernas, techo.

Ahora tal vez me dirás que estás alquilando, o bueno quizá nada de lo que tengas es tuyo, o tu caso es que  todo lo debás  por adquirir un bien para bienestar de la familia, por  mala planificación, porque te desesperaste en obtener algo apresuradamente sin ser el tiempo adecuado o porque no tuviste a alguien que te guiara, o quizá porque no consultaste con Dios primero. No obstante,  nada de lo que tenemos es nuestro: TODO es de Dios y para Dios; hasta nosotros, nuestros hijos e hijas y los bienes; así que debás o no todo lo da Dios por amor y cuidado,  y,  por supuesto la libertad de elegir entre lo bueno y lo malo también es un regalo, no así el endeudarse, que es un tema delicadísimo que tocaremos luego.

Ya el pasado pasó, ni Dios puede hacer nada con él; pero el futuro, como siempre,  depende de lo que hagás en el presente. Cristo tuvo  caídas y se levantó, fue asesinado en una Cruz para que vos y yo tuviéramos vida eterna  y excelente calidad de vida mientras estuviéramos en esta tierra, después de muerto al tercer día resucitó y está vivo y está tocando la puerta de tu corazón. Empezá con la decisión correcta: recibí a Cristo como tu Señor y Salvador y tu vida va a empezar a cambiar para bien: la primera ganancia que recibís es la Salvación, la segunda es la libertad y el rompimiento del yugo que te atormenta, la tercera la  sabiduría para obtener victoria y viene más porque nuevas son cada día las misericordias de Dios para nosotros.

Dice Romanos 8:32 “El que no escatimó  ni a su propio Hijo sino que lo entregó por todos nosotros como no nos dará también con él todas las cosas”: ¿no crees que la paz, salud y tranquilidad para vos son algunas de ellas?

Mi amigo, mi amiga  la obediencia atrae la bendición;  pero para recibir la Unción nuestro corazón debe estar deseoso y dispuesto.


Que tengas un Muy Feliz Año Nuevo

Dios te bendiga



Escrito por:
Luis Gustavo Ramírez. Renshi
senseiluisgustavo@hotmail.com






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