martes, 16 de octubre de 2012

En búsqueda de la Paz de cada día


Por Luis Gustavo Ramírez

 

Aunque estéis tranquilos, vuestro espíritu está alerta, aunque estéis apremiados, vuestro espíritu no está apremiado. La mente no es arrastrada por el cuerpo, y el cuerpo no es arrastrado por la mente. Poned atención a la mente, no al cuerpo. No permitáis que haya insuficiencia ni exceso en vuestra mente. Aunque superficialmente tengáis el ánimo débil, permaneced fuertes por dentro y no dejéis que otros vean vuestra mente. Esto es esencial para aquellos que son físicamente pequeños para saber cómo ser grandes, y para aquellos que son físicamente grandes para saber cómo ser pequeños; tanto si sois físicamente grandes como si sois pequeños, es esencial mantener vuestro espíritu libre de desviaciones subjetivas”       Miyamoto Musashi: El Manuscrito del Agua (un libro de estrategia samurai)

 

Aquí inician mis palabras: nuestra mente es el mayor campo de batalla donde día con día combatimos contra nosotros mismos; pensamientos de cobardía, depresión, baja autoestima, derrota, ira y  tristeza son enemigos de todos los días. Parecieran inofensivos cuando estamos meditando, orando o simplemente descansando pero se activan en el momento de la tensión con los problemas y las molestias que nos causa el medio, las acciones de  personas de nuestro alrededor o nuestra  situación económica.

Ante estos detonantes,  nuestros enemigos mentales se arman con filosas espadas que cercenan nuestro buen ánimo, nuestro positivismo y llegan a cortar y hacer daño a nuestra salud. Si usted amigo-amiga se tomara  una fotografía cuando está usted  en estos momentos de dificultad vería algo tan impactante que no podría creerlo pues   miraría a su otro yo( al que no quiere ver) quien es  el que se refleja.

 Lo peor de esto es que si no nos controlamos y pedimos ayuda de Dios a través de la oración estos enemigos van debilitándonos;  y aunque usted no lo crea,  hay espíritus demoníacos que ingresan  a  nuestro cerebro ideas erróneas con más fuerza que un ciclón, por eso algunas  veces una determinada situación nos recuerda algo desagradable de nuestra infancia, algo que nos repugnó o simplemente empezamos a pensar que no valemos nada, que somos débiles, que no vale la pena que vivamos y que nuestro problema no tiene remedio; otras veces pensamos que de nada ha servido nuestra vida, que no merecemos la misericordia de Dios y que no tiene caso seguir luchando.

 Jesucristo dijo que el diablo viene a robar, a matar y a destruir; eso es lo que quiere hacer con usted si le abre la puerta de su mente y si deja pasar esos pensamientos nocivos que siempre se dirigen en su contra o en contra de sus seres queridos haciéndolo a usted perder la calma y proceder a lastimarse a usted mismo o  a  lastimar a los demás.

 La palabra de Dios dice que no nos dió  Dios espíritu de cobardía  sino de poder, de amor y de dominio propio. (II Timoteo 1:7)

Algunos religiosos usan la meditación para aislar estos pensamientos o los dejan pasar, algunas corrientes filosóficas,  prácticas  y lo peor: falsas doctrinas tienen como propósito el encuentro con sigo mismo,   o bien,   dirigen al individuo a enfocarse en otra cosa; no obstante  hay  personas que en sus  testimonios  dicen que a la hora del desastre   estas prácticas no les han ayudado a salir adelante  y que han terminado en un colapso. Razones: se nos hace olvidar que somos íntegros, diseñados por Dios para luchar y tener victoria.

 La diferencia entre una falsa doctrina y la Verdadera es que la primera se sirve de un sin número de artificios, esoterismo, meditación trascendental, adoración de ídolos y otras “técnicas” o disciplinas  para equilibrar al individuo; una verdadera, en cambio;   encamina a la persona a través de la comunicación con Cristo para llegar a Dios, quien es la fuente de toda bondad, amor, paz, calma, salud y magnificencia.


 La mejor forma de encontrar paz y armarse fuertemente para los ataques del enemigo es la oración; es reconocer nuestra propia debilidad, defectos y errores y buscar la santidad y la obediencia pidiendo la guía del Espíritu Santo de Dios; solo así;  porque lograr la victoria uno solo es imposible.

 No obstante la mentira del enemigo es que dentro de uno mismo está la solución de los problemas y que uno es un dios porque con la mente puede lograrlo todo,  si es así se ha preguntado alguna vez porque los que practican el control mental no han resucitado o porque no pueden detener el envejecimiento del cuerpo; alguien me dirá que han reencarnado en un ser menor o mayor según su comportamiento o iluminación  en su ser anterior;  mi amigo-mi amiga no existe tal cosa; no tendría caso volver a rodar en este mundo por la falta de juicio.

 
Debemos tener mucho cuidado;  eso es como rendir culto a los muertos o a ídolos de palo;  la santería y la invocación de la naturaleza: estas cosas nos pueden llevar a la condenación, a la pérdida de nuestra alma.  La palabra de Dios  es clara  al respecto (y nombro solo unos pocos versículos):


l  “está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27), con esto mi amigo, mi amiga  no puede haber reencarnación.

l  No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso (Éxodo 20:4).  Ese es el segundo mandamiento, no se puede servir a dos señores.

l  Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y el hombre el cual es Jesucristo(I Timoteo 2:5),  a quien le estás pidiendo cosas  porque solo él contesta, nadie más dió su sangre  por  nosotros  y a nadie más  nos dió Dios para que el mundo se salvara.  Nadie más ha resucitado: ni hombre, ni santo, ni nadie( pero eso es otro tema)

 
Además en Génesis  dice que en un principio creó Dios los cielos y la tierra, luego dice que creó a todos los seres vivientes; ¿a quién tenemos entonces que adorar? por supuesto: solo a Dios.

 Pero bueno, volviendo al tema; mientras llega nuestro llamado a la eternidad debemos defendernos de nuestros enemigos vistiéndonos de la Armadura de Dios (Efesios 6  10-19), de lo contrario perderemos nuestra batalla.

 Debemos cuidar  lo que entra en nuestra mente y  sobre todo  lo que nosotros mismos ponemos ahí, si nuestra mente se llena de basura  nuestras acciones estarán putrefactas (basura entra-basura sale) y tarde o temprano influirá poderosamente en lo que hablamos y lo que somos. ¿Ha memorizado en vos alta? Lo que usted repite varias veces se memoriza tarde o temprano, así;  si la mente piensa cosas equivocadas y la boca las repite,  su oído las escucha y se pegan en su mente de una manera tan poderosa  que usted empieza a ser esclavo de sus pensamientos, y así actuará;  un poco lo que han hecho muchos imperios para lavar el cerebro de los individuos, un poco lo que se busca lograr con los mensajes subliminales de los anuncios comerciales.

 Pero todo tiene solución:  a  libertad nos ha llamado el Señor.

 
Mi amigo, mi amiga; usted y yo necesitamos buscar  a Dios en oración a puerta cerrada, cada día pedirle que nos  dé la Mente de Cristo,  cada día invitar  al Espíritu Santo a  morar en nosotros;  solo si lo hacemos  cada día vamos  a tener la victoria.

El Señor te bendiga

 
Escrito por Luis Gustavo Ramírez. Renshi






 

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